Retaule de Sant Miquel

El retablo de Sant Miquel es uno de los exponentes más espectaculares de la pintura medieval ampurdanesa. Se conserva sólo una parte y debía ser de gran tamaño. Hay cuatro escenas representadas: San Miguel defendiendo el cuerpo de Moisés; Jesús perdonando a vivos y muertos; la misa de almas y la aparición de San Miguel al Papa Gregorio Magno; y finalmente la procesión al Mont Gargan. Sobresalen los dorados y los relieves que rodean las imágenes. Entre las escenas destaca la representación de algunos judíos con las características negativas que se les atribuían en la época: sobre todo recurrían a tópicos estereotipados y que no eran ciertos, como la representación de una nariz alargada y de gran tamaño. El retablo se expone en el Salón del trono del Palacio Episcopal, sede del Museo de Arte de Girona.