En 1066 se consagró la iglesia, a la que se añadió el campanario a principios del siglo XII. A lo largo del siglo XII y buena parte del XIV, llegó a ser una comunidad religiosa potente. El monasterio se sometió a una importante reforma arquitectónica en el siglo XV. Se convirtió en una fortaleza y se derribó una parte de la estructura. El campanario se sobrealzó y todo el conjunto se fortificó con aspilleras, almenas y pequeños círculos de matacanes y se rodeó con un foso. En 1532 se construyó la puerta gótico-renacentista actual. La iglesia se restauró de forma generalizada a principios del siglo XVI. Posteriormente, en el siglo XVIII, se construyó una nueva sacristía. En 1835 se desamortizó. Durante los últimos años se han llevado a cabo diversas actuaciones arqueológicas y restauradoras, que han permitido poner en valor nuevos elementos como el foso, la traza del claustro y la recuperación del antiguo palacio del abad.
Fotografia del monestir de Sant Miquel de Fluvià de la qual no es coneix el seu autor. Es troba al fons fotogràfic del Museu de l’Empordà. La imatge mostra l’imponent campanar d’estil romànic, on s’hi poden observar els tres pisos amb dobles obertures i amb les seves columnes corresponents. Just al costat s’alça el cos principal de l’església del monestir, amb la porta d’entrada i accés amb una finestra al damunt. Tot el conjunt apareix fortificat amb unes fileres de marlets en la part superior. Acompanyat de muralles feia del conjunt monàstic un espai fortificat i perfectament reclós per tal d’evitar atacs i ocupacions.
Museu de l’Empordà, Fons fotogràfic, autor inèdit, ME02103
Las bellas proporciones del antiguo campanario, la humilde armonía de su conjunto, el aparato, más adusto y perfecto a la vez, de su construcción, así como la elegancia de las arcuaciones lombardas, la han señalado como una de las obras arquitectónicas más gentiles de Cataluña la vieja. En cuanto pasas el Fluvià ya te observan las ventanas de la vieja torre benedictina, hundidas y oscuras como unos ojos cansados de llorar, y cuando regresas, su aspecto sentimental, de cepa muerta por donde suben las hiedras, descanteada por improperios del tiempo y ablandada de musgo, te oprime el corazón con melancólico pesar.
dins LES GRÀCIES DE L’EMPORDÀ, de Pere Coromines.
Este texto procede del Atles literari de les terres de Girona, coordinado por Narcís Jordi Aragó y Mariàngela Vilallonga y publicado por la Diputación de Girona en 2003.
Carrer Nou 16, 17475 San Miguel de Fluviá, Provincia de Gerona, España
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