El paisaje de la Garrotxa de Empordà tiene dos fisonomías. Por un lado, aparecen los paisajes agrícolas de secano con interesantes bordes arbolados y, por otro, tenemos las laderas donde el abandono agrario ha hecho aumentar los bosques. En este segundo espacio cada vez es más común encontrar las masías abandonadas totalmente rodeadas de bosques, principalmente pinares secundarios de pino blanco, matorrales y herbazales.
Recientemente, estos espacios también se han caracterizado por la presencia de numerosas granjas, algunas de las cuales son de gran tamaño y están amenazadas por la posible implantación de macroproyectos de energías renovables. Son caminos muy bonitos, silenciosos, que se adentran en medio de pinos altos, de copas verdes y troncos robustos. Fueron los que hicieron los antiguos campesinos para ir de un pueblo a otro, hombres que levantaron las barracas y callejones de piedra seca, humildes arquitectos rurales que demostraron su habilidad creando elementos como estos, que perduran hasta hoy.
42.265750, 2.897806
Añade tu valoración