Se trata de un sepulcro de corredor del Neolítico medio. La primera referencia que se conoce es de Isidre Macau, en 1934. En compañía de Mateu Turró realizó una zanja, rebajando 40 cm el sedimento, a partir de la cual pudo confirmar el hallazgo de un gran número de piezas de cerámica, un fragmento de parietal humano y otros huesos fragmentados, y un hacha de basalto pulida. En 1942, August Panyella y Miquel Tarradell encontraron varios fragmentos cerámicos hechos a mano, tanto en la superficie de la cámara como en las calas que hicieron. Anna Ferran y Miquel Cura, cuando lo estudiaron, descubrieron un fragmento de cerámica a mano carenada. En cuanto al tipo arquitectónico, Tarrús (2002) lo fecha en la segunda fase de los sepulcros de corredor de l'Alt Empordà-Rosselló, es decir, de principios del cuarto milenio a. C.
Dolmen de la Devesa, 17494 Pau, Girona
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