El castillo-palacio de Vilarig, con la iglesia de Sant Martí justo al lado, domina en el extremo de mediodía el conjunto reducido de edificios dispuestos desordenadamente en la cresta de la montaña. Sus orígenes se remontan al siglo xi y conserva restos de una fortificación altomedieval, con el aparejo espigado y los cantos rodados descabezados. El pequeño agrupamiento, con estructuras arquitectónicas de los siglos xv-xviii, conserva actualmente el aspecto arcaico y ofrece soluciones constructivas tradicionales diversas, las cuales se han conservado sin modificaciones destacadas. La antigua albacara del castillo, hoy reconvertida en era, se encuentra muy bien marcada por los restos de la muralla exterior que podemos apreciar en varios puntos del perímetro.
La fotografía muestra una evolución en su construcción. Se pueden comprobar unos añadidos al edificio que se han acumulado a lo largo de los años, al parecer, para adecuarse a sus múltiples y diversos usos: desde ser una residencia de una familia noble en la baja edad media, a pasó a ser una masía a finales del siglo XIX. Sin embargo se observan algunos restos de su glorioso pasado como residencia de nobles. Sobre todo su fachada principal, que todavía mantiene la entrada dovelada y sus tres ventanas en la parte superior. En uno de los laterales todavía se aprecia una de las torres que formaban parte del cercado fortificado. La fotografía es de Josep Maria Cañellas y forma parte del Fondo Rubaudonadeu de 1888, conservado en la Biblioteca Fages de Climent de Figueres.
Barri Vilaritg 1, 17741 Cistella, Provincia de Gerona, España
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